El hombre sospechoso de colocar bombas en un vecindario de Nueva York y una localidad costera de New Jersey podría haber tenido como objetivo perpetrar una masacre de incógnito, pero no logró mantener su identidad en secreto durante mucho tiempo.
Ahmad Khan Rahami proporcionó a los investigadores pruebas abundantes para su detención 50 horas después de la primera explosión, según dijeron tres agentes de las fuerzas de seguridad a The Associated Press.
Entre las pistas: sus huellas y ADN en el lugar del estallido en Manhattan y su cara al descubierto grabada claramente por las cámaras de seguridad, agregaron.
Registros de telepeaje mostraron que el auto al que tenía acceso viajó de New Jersey a Manhattan y de regreso a New Jersey el día de las explosiones, según los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar en público sobre el caso, que sigue abierto.
Estas y otras pruebas animaron a las autoridades a hacer público su nombre y fotografía el lunes por la mañana, pidiendo ayuda para localizar a Rahami, un ciudadano estadounidense de 28 años, nacido en Afganistán y que vive con su familia musulmana en Elizabeth, New Jersey.
Horas más tarde, un agente de policía en Linden, New Jersey, reconoció al sospechoso, que estaba durmiendo en la entrada de un edificio, provocando una confrontación y un balacera que terminó con su detención.
"Hubo mucha tecnología implicada en esto, pero también un muy buen trabajo policial de la vieja escuela", señaló el comisario de la policía de Nueva York, James O'Neill. Ahora, los investigadores se "asegurarán de que llegamos al fondo de quien está implicado y por qué".
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Tras someterse a una operación por una herida de bala en una pierna, a Rahami se le impuso una fianza de 5,2 millones de dólares y fue acusado de cinco delitos de intento de asesinato de agentes de policía. La fiscalía dijo que aún sopesan presentar cargos por las bombas. Rahami sigue hospitalizado.
Tras la detención, las autoridades dijeron que no hay más sospechosos a la fuga, pero advirtieron que la investigación sigue abierta.
Los mensajes enviados a miembros de su familia no fueron respondidos de inmediato. No estivo claro cuándo Rahami tendrá un abogado.
El atentado extendió el miedo en el norte de Nueva York y revivió el temor al terrorismo local en todo el país.
Coincidiendo con las bombas en la Costa Este, un hombre que según las autoridades se refirió a Alá hirió con un arma blanca a nueve personas en un centro comercial de Minnesota el sábado, antes de ser abatido por un policía fuera de servicio. Las autoridades investigan el incidente como un posible ataque terrorista pero no hallaron conexiones entre las dos agresiones.
Por el momento no hay indicios que apunten a que las bombas fueron responsabilidad de una célula terrorista más grande, explicó William Sweeney Jr., subdirector del FBI en Nueva York.
Rahami no estaba en ninguna lista negra de vuelos ni terrorismo, aunque había sido interrogado por motivos migratorios al viajar entre Estados Unidos y Afganistán, señaló uno de los funcionarios.
Kang informó desde Elizabeth, New Jersey. Los periodistas de AP Tom Hays en San Francisco, California; Michael Balsamo en Nueva York; Michael Catalini en Elizabeth; y Eric Tucker, Alicia A. Caldwell y Kevin Freking en Washington, contribuyeron a este despacho.