SAINT-DENIS, Francia — En los últimos dos años, Osmar Olvera no se ha cansado de pregonar que los chinos no son invencibles en los clavados.
El viernes, junto a Juan Celaya, se quedó cerca de probar su teoría.
El binomio mexicano obtuvo la medalla de primera medalla de plata en los clavados sincronizados de tres metros en la historia de su país, y le dio a la delegación su tercera presea en los Juegos Olímpicos de París.
Olvera y Celaya totalizaron 444.03 puntos para quedar detrás de los chinos Daoyi Long y Zongyuan Wang, quienes se llevaron con el oro al sumar 446.10, en una cerrada disputa que se dirimió en el último clavado en el Centro Acuático de Saint-Denis.
“No son invencibles, lo venimos diciendo los dos, no vienen a competir solos”, dijo Olvera, el clavadista más talentoso del equipo mexicano. “Nosotros nos pusimos arriba en el cuarto y creo que ellos temblaron. Para mí ganamos”.
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Después de su última ejecución, la pareja china se abrazó a un costado de la piscina, pero no pudo celebrar hasta que los mexicanos saltaron y en la pantalla aparecieron los resultados que les daban el oro.
Fue una inusual escena en un deporte en el que China ha arrasado en los últimos años. En Tokio 2020, Gran Bretaña evitó en la plataforma sincronizada de 10 metros la barrida en las ocho pruebas.
Los británicos Anthony Harding y Jack Laugher se conformaron con el bronce con una puntuación total de 438.15.
Con su triunfo del viernes, China tiene ya cuatro medallas de oro en otras tantas pruebas en París, aunque fue la primera vez que vio peligrar su sitio lo más alto del podio.
Los chinos buscan su primera barrida desde que se realizan tantas pruebas olímpicas.
Olvera y Celaya viven en la Ciudad de México, donde entrenan a las órdenes de la china Ma Jin, quien también dirigió a Paola Espinosa y Alejandra Orozco cuando ganaron la plata en plataforma sincronizada de 10 metros en Londres 2012.
“Me acuerdo en 2012, viendo los Olímpicos, cuando los mexicanos ganaban medallas en clavados y dije ´yo también quiero´. Hoy puedo decirle a los niños que se motiven y que sueñen en grande porque los sueños se hacen realidad”, dijo Olvera.
La plata de la dupla es la 16ta medalla olímpica en esta disciplina para los mexicanos y la confirma como la máxima abastecedora de preseas. En las fosas de clavados, México ha recogido medallas ininterrumpidamente desde Beijing 2008, pero esta es la primera en sincronizados de tres metros.
“Sabía que iba a ser histórica y que iba a ser la primera, son emociones que no puedo describir", añadió Olvera.
Antes de esta plata, México había estrenado su medallero con la plata de Prisca Awiti en judo y con un bronce en tiro con arco por equipos femenino.
Los dirigentes mexicanos estimaban una cosecha de nueve medallas, que igualaría la marca de México 68.
Olvera, quien fue medalla de plata en la prueba individual de tres metros en el Mundial de Fukuoka, Japón, en 2023 y bronce en el Mundial de Doha en este año, buscará sumar otra presea en solitario.
“Han sido altas y bajas, pero estamos contentos con la actuación, en eso nos concentramos y al final del día tenemos nuestras medallas, pero tenemos hambre de más”, dijo Celaya, quien también tirará en el individual.
Arropados por la ruidosa afición mexicana que se dio cita en el Centro Acuático, Olvera y Celaya mostraron desde el inicio que venían dispuestos a llevarse la medalla.
Tras la primera ronda, estaban empatados por el tercer puesto y solo salieron del podio en la segunda, cuando cayeron a la quinta posición. Regresaron en el tercer pase con una sólida ejecución.
Olvera y Celaya aprovecharon los titubeos de los chinos en su tercera y cuarta ejecución para subir al primer sitio con menos de un punto de ventaja sobre los asiáticos, que cerraron fuerte en el último para amarrar el oro.
Aunque en el cuarto salto de los chinos hubo un error evidente de uno de los integrantes, algunos jueces otorgaron calificaciones reprobatorias y otros que rozaban la excelencia.
“Trabajamos duro para este momento, hubiéramos querido un lugar más alto, pero al final del día es un deporte de apreciación y no lo podemos controlar. Lo que podemos controlar es en lo que trabajamos”, dijo Celaya.
México, con el clavado de más alto dificultad en la prueba, un 3,9 con dos mortales y medio hacia el frente, acertó su sexto y aseguró la medalla.
“Cuando íbamos arriba pensaba que sí se podía, que nacíamos para esto y que lo íbamos a lograr”, añadió Olvera. “Nos quedamos cerca y ellos temblaron, de verdad temblaron”.