Janeth López le sacó todo el provecho a su sueño olímpico. Cumplió su objetivo y bajó de la tarima de la Arena París Sur con buen sabor de boca.
La mexicana finalizó en el octavo puesto en la categoría de los 59 kilogramos de la halterofilia femenina con un total de 217 kilos. Si bien lejos de las medallas, López encuentra consuelo en que desde el inicio se fijó terminar entre las 10 mejores de la competencia, más específico, entre las ocho primeras.
“Bendito Dios, eso me tiene bien contenta, buscaba de un ocho para arriba”, declaró López, quien terminó con 95 kilos en arranque y 122 en envión. “Gloria a Dios que tuvimos el ocho, así justito”.
Hay motivos para sentirse satisfecha. La mexicana fue una de cinco competidoras en lograr cinco intentos exitosos, y la única de ellas que terminó fuera de los primeros cuatro lugares. Algunos kilos de más no habrían hecho gran diferencia en la tabla de posiciones, ubicándose 10 kilos por debajo de la ucraniana Kamila Konotop en el séptimo lugar.
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“Me hubiera gustado levantar un poquito más”, subrayó. “Pero por estrategia, por dar una buena competencia fueron los pesos que se tuvieron que hacer”.
La mexicana se forjó el sueño de llegar a Juegos Olímpicos mientras se entrenaba en las calles de la capital mexicana incluso antes de la pandemia de COVID-19, y su semblante es vivo reflejo de satisfacción.
“Es un mar de emociones, simplemente el hecho de enterarme que iba a venir aquí e iba a tener mis primeros Juegos Olímpicos”, dijo “(Esto es) Por lo que tanto soñé, por lo que tanto trabajé. La verdad estoy bien agradecida con Dios por darme la oportunidad”.
“Me esforcé mucho, trabajé mucho para llegar a esto, hasta mi familia una vez me dijo ‘no, no te me rajes. Tu querias esto, echale para delante'”.
Y eso fue lo que hizo, hacia adelante con la fuerza de una halterista olímpica.