Fernanda Tapia, periodista de la década de los 80, es un ícono atrevido y satírico del quehacer político en México.
Pero con un toque nunca antes visto en el país azteca: sus enormes senos se convirtieron en un personaje de crítica social.
Sin embargo, el peso de sus pechos le provocó problemas de salud.
“Era 34DD desparramado, una tenía como 300 gramos más de peso que la otra”, dijo Tapia, quien afirma que “es una barbaridad el dolor de espalda”.
A pesar de la fama que le dieron sus exuberantes pechos, ella prefiere algo más convencional, y permitió que “Al rojo vivo” viera el resultado de su cirugía de reducción y levantamiento de senos.
Sin vergüenza ni inseguridades, la periodista mostró las heridas de la transformación estética.
La comunicadora esperó para realizarse el procedimiento porque estuvo amamantando por siete años, proceso que ya terminó.
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