No hay nada más bonito que un perro disfrazado de calabaza o un gato con sombrero de bruja, pero a veces los disfraces resultan incómodos o incluso peligrosos para las mascotas.
Para que los peludos disfruten de Halloween, la Sociedad Protectora de Animales da algunos consejos.
Asegúrate de que el disfraz no limita los movimientos
El primer paso es asegurarse de que el disfraz es seguro, cómodo y no limita los movimientos. La mascota debe poder andar, ladrar, maullar, ver y oír con claridad.
Los dueños de mascotas también deben evitar los disfraces con accesorios pequeños y colgantes que puedan masticarse y tragarse, lo que supone un riesgo de asfixia.
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También es importante acostumbrar al animal al disfraz antes de Halloween. La Sociedad Protectora de Animales sugiere dar golosinas a su mascota mientras practica con el disfraz para que lo asocie con una experiencia positiva.
Los gatos y los perros se comunican a través del lenguaje corporal, y los disfraces pueden enmascararlo. Si su mascota se queda paralizada cuando se pone el disfraz, la Sociedad Protectora de Animales sugiere convencerla con golosinas o un juguete de plumas para mostrarle que puede moverse con el traje puesto.
Observa cómo se sienten
Por último, no los obligues. Para algunos animales, llevar un disfraz es miserable. La Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales aconseja a los dueños que eviten los disfraces si su mascota muestra signos extraños o ansiedad.
Como alternativa a los disfraces, los dueños pueden comprar un pañuelo, un collar o una pajarita con motivos de Halloween. Si el animal es pequeño, otra sugerencia es decorar un cochecito o un transportín y dejar que la mascota pasee con estilo.
Nota del Editor: Esta nota fue publicada originalmente en inglés por NBC el año pasado. Para ver la nota original, haz clic aquí.