Lo que debes saber
- El hombre acusado de quemar viva a una mujer que dormía dentro de un metro de la Ciudad de Nueva York se declaró no culpable el martes de los cargos de asesinato e incendio provocado.
- Sebastián Zapeta, de 33 años, compareció ante el tribunal de Brooklyn con un mono naranja y una chaqueta naranja, con las manos esposadas a la espalda mientras era procesado por los cargos de asesinato e incendio provocado por el asesinato de Debrina Kawam, de 57 años.
- La audiencia judicial duró menos de cinco minutos. Zapeta se puso de pie, con la mirada fija en el suelo, mientras un intérprete de español le susurraba algo al oído. Su próxima audiencia judicial está fijada para el 12 de marzo.
NUEVA YORK -- El hombre acusado de quemar viva a una mujer dentro del metro de la Ciudad de Nueva York dijo a los detectives: "Oh, ese soy yo", cuando vio el video del ataque, pero dijo que no podía recordar nada, según una transcripción publicada el martes.
El interrogatorio se hizo público poco después de que Sebastián Zapeta, de 33 años, se declarara no culpable de los cargos de asesinato e incendio provocado en una corte de Brooklyn. Los fiscales dicen que prendió fuego a Debrina Kawam, de 57 años, a bordo de un tren detenido en la madrugada del 22 de diciembre, avivó las llamas con una camisa y observó a la mujer arder desde un banco del metro.
Más tarde ese día, dentro de una comisaría de Brooklyn, las autoridades describieron a Zapeta reaccionando con “disgusto” y “extrañeza” al video, secándose los ojos y exclamando en español: “Oh, Dios mío”, según la transcripción.
“Lo siento mucho. No fue mi intención”, dijo a los detectives. “No sé qué pasó, pero lo siento mucho por esa mujer”.
Agregó que había estado bebiendo mucho durante la noche y se había quedado dormido en el metro, pero no recordaba lo que sucedió después.
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Zapeta le dijo a la policía que es ciudadano guatemalteco y que ingresó al país ilegalmente hace cinco años. Las autoridades de inmigración dijeron que fue deportado en 2018. Había estado viviendo en un refugio de Brooklyn y trabajando en los techos.
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Se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua sin libertad condicional por el cargo más importante. Su próxima audiencia judicial está fijada para el 12 de marzo.
Durante una breve comparecencia el martes, Zapeta mantuvo la mirada fija en el suelo mientras su abogado dijo que se declaraba no culpable, asintiendo levemente con la cabeza mientras un traductor al español le susurraba al oído.
El mes pasado fue procesado por una denuncia penal, pero en Nueva York, todos los casos de delitos graves requieren una acusación formal por parte de un gran jurado para proceder a juicio, a menos que el acusado renuncie a ese requisito.
El fiscal de distrito de Brooklyn, Eric González, dijo que su oficina buscará la pena máxima de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Dijo que después de que Zapeta fuera acusado en diciembre, los fiscales están presentando los cargos "bajo la teoría de que se trató de un acto intencional", pero señaló que la acusación formal incluye un cargo de asesinato por "indiferencia depravada".
“Es difícil imaginar qué podría llevar a alguien a cometer el asesinato atroz y horrendo del que se acusa a este acusado”, dijo González en un comunicado el martes. “La señora Kawam y sus seres queridos merecen una medida de justicia y los neoyorquinos merecen sentirse seguros en el metro”.
El abogado de Zapeta no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios el lunes por la noche.
Kawam creció en Little Falls, Nueva Jersey, y asistió a la escuela secundaria Passaic Valley Regional High School, donde fue una estudiante popular, animadora y trabajadora de una casa de panqueques, dijeron a The New York Times sus amigos de la infancia y la juventud.
A los 20 años, viajó a Jamaica, México, las Bahamas y Las Vegas con amigos y trabajó en una variedad de empleos que nunca mantuvo por mucho tiempo, dijo al Times una amiga, Cindy Certosimo Bowie. Associated Press ha dejado mensajes para posibles familiares.
A principios de la década de 2000, trabajó en el gigante farmacéutico Merck, pero su vida dio un giro difícil en algún momento. Se endeudó, se presentaron embargos en su contra y se declaró en quiebra, según los registros públicos. Una Debrina Kawam mencionada en los registros judiciales también fue arrestada varias veces por delitos menores.
En su declaración de quiebra de 2008, enumeró más de $90,000 dólares en deudas, ningún ingreso y bienes que incluían su ropa, un futón, un televisor y un Dodge Neon valorado en 800 dólares.
Se quedó brevemente en un refugio para personas sin hogar de Nueva York después de mudarse a la ciudad recientemente, según el Departamento de Servicios Sociales. No dijo cuándo.
El asesinato ha renovado el debate sobre la seguridad en el sistema de transporte público más grande del país, incluso cuando los delitos en el metro siguen siendo relativamente raros.
Los delitos en el transporte público han disminuido por segundo año consecutivo, con una caída del 5,4% el año pasado en comparación con 2023, según los datos publicados por la policía el lunes, que también mostraron una caída general del 3% en los delitos graves en toda la ciudad.
Aun así, la comisionada de Policía de la Ciudad de Nueva York, Jessica Tisch, dijo el lunes en una conferencia de prensa en la que se discutieron las estadísticas que los pasajeros simplemente "no se sienten seguros".
En respuesta, dijo que el departamento aumentará el número de más de 200 agentes en los trenes del metro y desplegará más agentes en las plataformas del metro en las 50 estaciones con mayor índice de delincuencia de la ciudad.
“Sabemos que el 78% de los delitos cometidos en el transporte público se producen en los trenes y en los andenes, y es evidente que ahí es donde deben estar nuestros agentes”, afirmó Tisch. “Esto es solo el principio”.
