España y una veintena de países latinoamericanos protagonizaron el domingo el Desfile de la Hispanidad en Nueva York, una celebración del idioma y la cultura comunes que desde hace más de medio siglo llena de tradición, alegría y color la Quinta Avenida.
Una nutrida comitiva española encabezó la marcha, con carrozas de organizaciones culturales de la Gran Manzana como La Nacional o el Centro Español de Queens, y representantes de cuerpos de policía y de agrupaciones folclóricas que viajaron allí para la ocasión.
Entre ellas se destacó un gran grupo de la Asociación de Comparsas de Moros y Cristianos de la localidad de Onil (Alicante) que mostró con orgullo sus elaborados trajes de época, típicos de estas fiestas que se celebran en numerosos pueblos de la Comunidad Valenciana.
Aunque hubo menos asistencia que otros años, miles de personas tomaron la avenida bailando o caminando a ritmo de pasacalles desde el corazón de Manhattan y en dirección norte durante varias horas, con un público apostado en vallas que vitoreaba y ondeaba banderas.
En el desfile, una de las citas destacadas del Mes de la herencia hispana, brillaron especialmente las mujeres y las jóvenes, que agarraban y movían los volantes de sus vestidos largos de colores al son de bandas de música, por ejemplo representando a Panamá o Nicaragua.
También se vieron personajes típicos de carnavales de otros países, como República Dominicana -una de las grandes poblaciones latinas de Nueva York- con las figuras de los diablos cojuelos, con máscaras y cuernos, o el Roba la Gallina, con su trasero pronunciado.
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