Se salva de una macabra muerte

WASHINGTON- Lydia Tillman se considera hoy una mujer con suerte, no por sus viajes por todo el mundo ni por su pericia con los vinos, sino porque escapó con vida de un asesino que ya había metido en un congelador a otra de sus víctimas.

Tillman, de 30 años, pasó más de cinco semanas en coma tras ser abandonada en su apartamento en Fort Collins (Colorado) por su atacante, identificado por la policía como Travis Forbes, un empresario local.

La mujer recuerda cómo conoció a su atacante durante una celebración del "Día de la Independencia", el pasado 4 de julio y, ya en su apartamento, éste la violó y estranguló, le quebró la quijada y la dejó por muerta. Para no dejar rastros, la roció con lejía y el resto lo esparció en el apartamento y le pegó fuego.

Tillman saltó como pudo desde una ventana en el segundo piso y corrió hacia una ambulancia. En el hospital, estaba tan irreconocible por los golpes en la cara, que sus padres sólo la identificaron por un anillo y un tatuaje en su pierna.

La mujer no conocía a Forbes y tampoco sabía que, al parecer, éste ya estaba bajo investigación policial por la desaparición de la hispana Kenia Monge, de 19 años, en abril pasado.

Las cámaras de vigilancia de una panadería, donde Forbes alquilaba espacio para la confección y venta de barritas energéticas, lo muestran arrastrando una nevera portátil que a su vez guardó en un enorme congelador.

Forbes dijo a la policía que ocultó el cadáver de la víctima en el congelador antes de enterrarla en un terreno baldío. El hombre había limpiado su camioneta con cloro y quemó todo para ocultar el crimen. Su obsesión con el cloro, según la policía, fue la pista que ayudó a vincular los dos casos.

Antes de matar a Monge, Forbes estaba en libertad condicional por un caso de violencia doméstica y tenía en su expediente otros problemas con la policía.

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