Los centros de toxicología de hospitales de Estados Unidos, el Reino Unido y de países como España y de Europa del Este han comenzado a alertar sobre una nueva y preocupante moda entre adolescentes: el consumo de alcohol a través de otros orificios como los globos oculares, el ano o la vagina.
Se trata de prácticas conocidas como "eyeballing", que consiste en la aplicación directa de alcohol sobre la mucosa ocular, y el "tampodka" o "tampax on the rocks", tampones impregnados de alcohol, generalmente vodka, que se aplican en la vagina o el ano, por lo que se produce una absorción muy rápida y además evita que el aliento huela a alcohol.
También está el "oxy-shots", que permite consumir alcohol en dispositivos de nebulización junto con oxígeno, al igual que en los tratamientos broncodilatadores, lo que permite una mayor superficie de absorción y rapidez de acción, al obviar el filtro hepático.
Según los especialistas, estas prácticas son una "desviación" del fenómeno conocido como "binge drink" (alto consumo de alcohol en un breve espacio de tiempo).
Las consucuencias son varias y pueden llegar a ser muy graves, desde infecciones diversas hasta problemas de visión y ceguera.