DENVER- Un inmigrante que ha estado encerrado en un santuario por más de nueve meses ha dado los primeros pasos de libertad al salir de la iglesia el martes.
Esto es posible gracias a una carta que recibió del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que indica que no ejecutaran la orden de deportación en su contra. Esto significa que él va a poder continuar peleando por quedarse en el país desde su hogar sin miedo a ser detenido.
“Me siento confiado pero hay que continuar con el caso para obtener algo legal”, dijo Hernandez a Telemundo Denver.
Por meses la familia de Hernández y miembros de la comunidad lucharon para que el padre de dos hijas pueda quedarse en el país. Hernandez tiene la esperanza de calificar para la acción diferida.
Hernández es el tipo de persona a la que el presidente Barack Obama quería evitar la deportación. Tiene una hija nacida aquí que es ciudadana estadounidense, cuenta con un trabajo estable y vive en el país sin haber sido hallado culpable de delito alguno desde 1999. Pero el gobierno está tratando de deportarlo.
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El proceso de deportación obedece a que fue arrestado en el 2010 y acusado de un delito del que resultó absuelto. Hernández peleó la deportación durante cuatro años, esperando que Obama cumpliese su promesa de arreglar un sistema de inmigración que no funciona.
Cuando el mandatario delineó su programa en la Casa Blanca, Hernández y su familia vieron el discurso desde el sótano de una iglesia en la que vivía. Sintió una luz de esperanza, que se desvaneció muy pronto. Su esposa y su otra hija, que no es ciudadana, podían evitar la deportación. Él no.
EEUU
"Es duro, frustrante. Pensé que ahora que teníamos este programa, yo me podía beneficiar", expresó Hernández en ese entonces.
Su esposa e hija, junto a representantes de organizaciones que luchan por los derechos de inmigrantes viajaron a Washington D.C. para pedir ayuda al Congreso.
Jennifer Piper, de la Coalición Santuario de Metro Denver, dijo que se reunieron con representantes de ICE y que fue esa reunión la que marcó la diferencia. Luego de que ICE revisara el caso de Hernandez, los fiscales decidieron usar la discreción y no ejecutar la orden de deportación.