Los rivales de Donald Trump lo atacaron en reiteradas oportunidades el miércoles durante el segundo debate entre aspirantes a la nominación presidencial del Partido Republicano, en el que arremetieron contra el expresidente por ausentarse del evento mientras tratan de reducir la ventaja que éste lleva de cara a las elecciones primarias.
Trump, en cambio, viajó a Michigan en un intento de sacar provecho a la huelga del sindicato United Auto Workers y de atraer a los obreros sindicalizados en un estado crucial que podría ayudar a decidir la elección general. Sus competidores, mientras tanto, se negaron a participar en un juego propuesto por los moderadores en la Biblioteca Ronald Reagan al estilo de los reality show, eligiendo a quién descartarían de la pugna o votarían "fuera de la isla”.
El tono del debate estuvo muy alejado de una campaña marcada por los ataques de Trump contra sus rivales y las instituciones democráticas, así como por sus quejas por una serie de procesos penales y civiles contra su persona y sus negocios. Los moderadores no preguntaron por los cargos contra Trump ni por qué las personas en el escenario estaban más cualificadas que Trump, y en su lugar plantearon temas como educación, política económica y la frontera entre México y Estados Unidos.
Los candidatos criticaron a menudo a Trump por iniciativa propia en un intento de distinguirse en un momento crítico cuando apenas quedan cuatro meses para que las asambleas partidarias de Iowa den inicio formal al proceso de nominación presidencial. Trump se ha mantenido como favorito pese a una larga serie de vulnerabilidades, como cuatro acusaciones penales que incluyen la posibilidad de pasar décadas en prisión.
“Debería estar en este escenario esta noche”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien intenta establecerse como la principal alternativa a Trump a pesar de sus recientes problemas para distanciarse del resto de los aspirantes. “Les debe una explicación del por qué se añadieron $7.8 billones a la deuda. Eso abrió la puerta a la inflación que tenemos actualmente”.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. >Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
Varios de los presentes en el escenario criticaron a Trump por su ausencia, a diferencia del primer debate, al que el expresidente tampoco asistió. Apenas unos minutos después del inicio del evento, DeSantis dijo que el presidente Joe Biden estaba "completamente desaparecido del liderazgo. ¿Y saben quién también está desaparecido? Donald Trump está perdido”.
El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien ha basado su campaña en las críticas a Trump, dijo que el exmandatario “se oculta detrás de los muros de sus clubes de golf y no se presenta aquí a responder preguntas, como el resto de nosotros que estamos aquí para dar la cara”.
Incluso Vivek Ramaswamy, un empresario que ha descrito a Trump como “el mejor presidente del siglo XXI”, marcó distancias y dijo que él era su sucesor natural.
“Sí, respetaré a Donald Trump y su legado porque es lo correcto”, dijo. “Pero uniremos a este país para llevar al siguiente nivel el proyecto Estados Unidos Primero. Y será otra generación quien lo haga”.
Trump ofreció un prolongado discurso en Detroit que continuó después del inicio del debate. El público abucheó cuando dijo que “estamos compitiendo con los candidatos al puesto”, y se burló de ellos por no atraer a multitudes tan grandes como él.
Incluso horas antes del inicio del evento en Simi Valley, los primeros simpatizantes en aparecer llegaron ondeando banderas de Trump y colocaron una pancarta con la leyenda: “Trump, nuestra última esperanza para Estados Unidos y el mundo”.
Sus rivales parecieron sentir su dominio de la campaña el miércoles e hicieron todo lo que pudieron para cambiar el rumbo de los acontecimientos.
“Donald, sé que estás viendo. No lo puedes evitar”, dijo Christie. “Estás evadiendo estas cosas”.
El exvicepresidente Mike Pence se refirió de forma desdeñosa a Trump como “mi excompañero de fórmula”.
LOS OTROS TEMAS CLAVES
El tema de inmigración también desató polémica. Ramaswamy dijo que había que militarizar la frontera y acabar con el derecho a la ciudadanía a hijos de indocumentados que nacen en Estados Unidos, mientras Ron DeSantis xx usaría las fuerzas armadas para perseguir a los cárteles mexicanos que fabrican fentanilo.
Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, atrajo grandes multitudes y nuevo interés después de su desempeño en el primer debate. Tal como lo hizo en Milwaukee, intentó buscar una pelea con Ramaswamy por su uso de TikTok, una plataforma de redes sociales de propiedad china a la que muchos republicanos tachan de posible herramienta de espionaje de Beijing.
“Sinceramente, cada vez que te escucho me siento un poco más tonta por lo que dices”, declaró Haley.
Tras un primer debate en el que atacó a sus rivales y los tachó de “comprados y pagados”, Ramaswamy intentó mostrar un lado más amable cuando Haley y otros le criticaron. Tras los ataques de Haley sobre su uso de TikTok, respondió que “creo que estaríamos mejor servidos como Partido Republicano si no nos ponemos a lanzar insultos personales”.
La noche concluyó cuando los moderadores señalaron que era improbable que un frente dividido pudiera detener a Trump, pero a continuación pidieron a los candidatos que dijeran a quién votarían para salir de la isla, una aparente referencia al reality show “Survivor”. El juego no avanzó mucho una vez DeSantis dijo que era insultante.
La ubicación del debate era relevante, dado que Reagan es un símbolo republicano cuyas palabras y momentos decisivos aún influyen en la política del partido a día de hoy.
Pero Trump ha transformado el partido y lo ha alejado de Reagan. En su mayoría, los participantes del segundo debate fueron respetuosos con lo que defendía Reagan, pero tampoco se distanciaron mucho de las posiciones políticas fundamentales de Trump.
Los demócratas, por su parte, alegaron que el debate no importaba. Biden estaba en California en ese momento, en un acto de recaudación de campaña en la zona de San Francisco para su campaña de reelección, que por el momento parece que repetirá el duelo con Trump.
El gobernador de California, Gavin Newsom, estaba en Simi Valley en representación de la campaña de Biden y haciendo declaraciones sobre el debate, que calificó como una competencia menor.