PHOENIX, Arizona - Mateo es un bebé de 10 meses que, a su corta edad, ha demostrado una fortaleza increíble ante diagnósticos médicos complicados.
El pequeño fue diagnosticado con una enfermedad cardíaca desde antes de nacer, conocida como cardiopatía congénita ventricular única. Es una enfermedad que afecta a cinco de cada 100,000 recién nacidos.
De acuerdo con Daniel Vélez, codirector del centro cardiovascular en Phoenix Children's, ese tipo de condición requiere una serie de operaciones para redirigir la función de ese ventrículo único para que bombee sangre al cuerpo, y aunque existe un riesgo, es necesaria para que los pacientes puedan sobrevivir.
“Hay algunos que cargan un riesgo entre 5 a 15%”, dijo.
Además, el experto agregó que en la primera etapa del tratamiento de las cardiopatías congénitas, los bebés deben permanecer en el hospital por lo menos un mes después de la cirugía. Mateo permaneció hospitalizado durante tres meses antes de ir a casa con sus padres.
Alberto Martínez, padre de Mateo, dijo que su hijo debe continuar con el tratamiento como proceso de preparación para la próxima cirugía de corazón abierto, y que por el momento están disfrutando en familia con la fe de que el pequeño tendrá una larga vida.
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"Ha pasado por tres cirugías muy grandes, y yo me pongo a pensar como adulto el dolor que él ha de sentir", expresó su papá.