NUEVA YORK - Los precios al consumidor aumentaron a una tasa anual del 6.4% en enero, una leve desaceleración del 6.5% observado en diciembre, pero por encima de la predicción de los analistas de una tasa del 6.2%.
Es la séptima disminución consecutiva y una cifra mucho menor a la de 9.1% registrada en junio de 2022.
De mes a mes, los precios al consumidor aumentaron 0.5% de diciembre a enero, mucho más que el incremento de 0.1% registrado de noviembre a diciembre. Los factores principales fueron los precios de la gasolina, los alimentos y la ropa.
Los economistas creen cada vez más que la inflación ya ha tocado techo. Pero el 6.2% todavía está muy por encima del 2% que desea la Reserva Federal, dado su mandato de promover precios estables y una tasa de desempleo baja.
LA RESERVA FEDERAL SEGUIRÁ AUMENTANDO LAS TASAS DE INTERÉS
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
Es una de las razones por las que el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo a una audiencia recientemente que tiene la intención de mantener las tasas de interés más altas por más tiempo, hasta que la inflación se acerque a ese objetivo del 2%.
Al mantener esas tasas de interés sobredimensionadas, Powell espera aumentar el costo de los préstamos y la inversión, reduciendo así la demanda general en la economía y ejerciendo una presión a la baja sobre los precios.
Mientras tanto, la Fed encarecerá todo, desde comprar una casa o un automóvil hasta pedir prestado con una tarjeta de crédito o un préstamo personal.
Hasta el momento, la disminución de la inflación más bien refleja el fin de las interrupciones en las cadenas de suministros y los precios más bajos de la gasolina. Pero los aumentos de las tasas de interés -- ocho desde marzo del año pasado -- no han surtido mucho efecto en el mercado laboral, que sigue excepcionalmente sólido.
La tasa de desempleo está en 3.4%, su menor nivel en 53 años, y siguen siendo abundantes las plazas disponibles. La fortaleza del mercado laboral, por su parte, ha estimulado el gasto de los consumidores, que es el motor de la economía estadounidense.