TUCSON, Arizona - Un grupo de oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en el Puerto del Área de Nogales anunciaron la incautación de 242 libras de totoabas, una especie marina en vía de extinción.
La totoaba es el pez más caro del mundo debido a su vejiga natatoria o “buche”, el cual es utilizado en la industria de la medicina tradicional china para tratar diversos problemas de salud, de acuerdo con Naturalista. En el mercado negro chino se piden hasta $8,000 por este órgano.
Según los oficiales de CBP, las 270 vejigas natatorias del pez tendrían un valor estimado de $2.7 millones y las pruebas preliminares de ADN realizadas por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU (USFWS) indicarían que es una especie que estaría en peligro de extinción desde 1979.
Se cree que esta es la segunda incautación más grande de este tipo en el país y la más grande en Arizona hasta la fecha.
Descripción de la especie
- La totoaba (Totoaba macdonaldi), es una especie de pez de la familia Sciaenidae, también es conocida como corvina blanca, curvinas, roncadores o tambores por su habilidad de producir sonidos con su vejiga natatoria.
- Es un pez muy longevo, llega a vivir de los 25 hasta los 50 años.
- Puede alcanzar los 2 metros de longitud y pesar más de 100 kg. Se alimenta de cangrejos grandes y sardinas (es una especie carnívora).
- Presenta su madurez sexual entre los 6 y 7 años.
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Debido a que es una especie protegida por el gobierno federal, tanto en los EEUU como en México, es ilegal tomar, poseer, transportar o vender totoaba, según los expertos.
Las autoridades están investigando el intento de contrabando del artículo prohibido.
“Nuestros oficiales y especialistas en agricultura hacen cumplir una amplia variedad de leyes en nombre de numerosas agencias”, dijo Guadalupe Ramírez, Directora de Operaciones de Campo de la Oficina de Campo de Tucson
La ley federal permite que los oficiales acusen a las personas mediante una denuncia, un método que permite imputar actividades delictivas sin inferir culpabilidad hasta que se demuestre lo contrario.
