Long Island

Hombre de NYC es sentenciado por aparatoso choque a alta velocidad que mató a niño de 9 años

Travis Dickson conducía a 119 mph en la autopista de Long Island en agosto de 2022 mientras estaba borracho y drogado antes de chocar contra la parte trasera de otro automóvil, matando a Angel Salas, de 9 años.

the judge's stand inside a courtroom with a US flag in the background

Lo que debes saber

  • Un hombre de Brooklyn, que admitió haber conducido a 119 mph en la autopista Long Island Expressway en 2022 mientras estaba borracho y drogado antes de chocar contra la parte trasera de otro vehículo, matando a un niño de 9 años, fue sentenciado a entre 4.5 y 13.5 años de prisión, anunció el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond Tierney.
  • Travis Dickson, de 32 años, de Brooklyn, se declaró culpable en febrero de homicidio involuntario en segundo grado, homicidio vehicular en segundo grado, agresión en segundo grado, agresión en tercer grado, conducir en estado de ebriedad y conducir en estado de ebriedad por la influencia combinada de alcohol y drogas, conducción imprudente y operación agravada de un vehículo de motor sin licencia.
  • Aunque Dickson fue sentenciado a entre 4.5 y 13.5 años de prisión el viernes, la fiscalía pedía entre 5 y 15 años de prisión, la pena máxima permitida por la ley.

NUEVA YORK - Un hombre de Brooklyn, que admitió haber conducido a 119 mph en la autopista Long Island Expressway en 2022 mientras estaba borracho y drogado antes de chocar contra la parte trasera de otro vehículo, matando a un niño de 9 años, fue sentenciado a entre 4.5 y 13.5 años de prisión, anunció el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond Tierney.

Travis Dickson, de 32 años, de Brooklyn, se declaró culpable en febrero de homicidio involuntario en segundo grado, homicidio vehicular en segundo grado, agresión en segundo grado, agresión en tercer grado, conducir en estado de ebriedad y conducir en estado de ebriedad por la influencia combinada de alcohol y drogas, conducción imprudente y operación agravada de un vehículo de motor sin licencia.

Aunque Dickson fue sentenciado a entre 4.5 y 13.5 años de prisión el viernes, la fiscalía pedía entre 5 y 15 años de prisión, la pena máxima permitida por la ley.

"Como lo ilustra claramente este caso, los conductores ebrios y bajo los efectos de las drogas son un peligro para nuestras comunidades y muchas veces causan colisiones que resultan fatales para víctimas inocentes", dijo el fiscal de distrito Tierney. “Un niño perdió la vida por las acciones egoístas del acusado. Espero que esta sentencia de prisión brinde un pequeño grado de consuelo a la familia de la víctima, que sin duda todavía está de luto por su pérdida”.

El 22 de agosto de 2022, alrededor de la 1:49 a. m., Dickson conducía un BMW 540i 2018 en dirección oeste por la autopista Long Island Expressway a 119 mph, en estado de ebriedad y tras haber fumado marihuana, antes de chocar contra la parte trasera de un Toyota Corolla 2019. En el interior del Toyota se encontraba Ángel Salas, de 9 años, y su padre, el conductor.

El niño fue transportado al Hospital Universitario Stony Brook, en estado crítico. Su padre también fue trasladado al Hospital Universitario Stony Brook para recibir tratamiento por lesiones que no ponen en peligro su vida. No obstante, dos días después, los médicos declararon que el niño tenía muerte cerebral y posteriormente le retiraron el soporte vital después de que se hicieron arreglos para donar sus órganos.

Dickson mostró signos de intoxicación después del accidente y admitió haber fumado marihuana. La sangre extraída de Dickson aproximadamente tres horas después del accidente tenía uuna concentración de alcohol de 0.14% (casi el doble del límite legal) y la presencia de THC, el ingrediente activo de la marihuana.

La licencia de conducir del estado de Nueva York de Dickson fue revocada en el momento en que conducía el BMW.

Juliana Salas, la madre de Ángel, se sentó en 2022 con nuestra cadena hermana NBC New York mientras lamentaba la muerte de su querido hijo y lidiaba con el dolor y la ira que cualquier padre experimentaría ante una pérdida tan devastadora.

Cuando Juliana llegó al Hospital Stony Brook después del accidente, Ángel ya estaba conectado a soporte vital.

"Estaba sentada en una habitación con mi hijo. Bueno, está conectado a una máquina y la gente simplemente mantiene vivo su cuerpo, pero ya no está allí", dijo.

Los médicos mantuvieron a su hijo con vida durante unos días para poder recolectar sus órganos y ayudar a otros niños.

"Hice cosas para que su vida fuera lo mejor que pude", dijo Salas, "Sin él aquí, ahí va mi razón para pelear. Así es como me siento ahora".

"Se le robó la vida a un niño inocente porque alguien tomó decisiones realmente tontas", dijo Salas.

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