“La Bestia”, el tren de la muerte

La ruta de "La Bestia" el tren de transporte de mercancía mexicano, inicia en las ciudades de Tenosique, en Tabasco, o Tapachula, en Chiapas al sur de México para terminar según la ruta que el migrante decida tomar, en Tamaulipas, Sonora o Baja California, ciudades fronterizas con Estados Unidos.

No todos llegan su destino. Montar el lomo de acero de “La Bestia” no es fácil. Alejandro Solalinde, fundador del albergue Hermanos del Camino de Ixtepec y activista mexicano, describe de manera clara la situación de los migrantes que se aventuran a cruzar por tierras mexicanas: “El migrante es una mercancía sometida a extorsiones, robos y secuestros durante el camino. A algunos los matan, otros tienen la suerte de caer en blando y solo resultan heridos, otros son mutilados".

Hay estadísticas que llegan a marcar que en tan solo 5 meses casi 10 mil emigrantes centroamericanos fueron secuestrados en su camino a Estados Unidos.

Grupos delictivos como “Los Z” y los “Maras” encuentran en el migrante una fuente para sus negocios como la trata de personas, una versión moderna de la esclavitud.

Los derechos humanos no existen para los migrantes, a pesar de las denuncias diarias, no se hace nada que sea eficiente y les otorgue las garantías mínimas en su viaje.

El 31 de marzo de este año, la fiscalía del Estado de Veracruz dio a conocer que bajo la instrucción del gobernador Javier Duarte se presentó una denuncia contra las empresas Ferrosur y Kansas City Southern de México, operadoras de las líneas férreas mexicanas, por su responsabilidad por omisión al permitir actos ilícitos y violaciones contra los migrantes.

Existen testigos que han denunciado que en muchas ocasiones son los mismos operadores de los trenes permitían a los delincuentes abordar los vagones para actuar en contra de los migrantes. Así como también se les responsabilizó de hacer maniobras bruscas que provocan la caída de muchos provocándoles incluso la muerte.

Esta denuncia ha provocado que las empresas ya no dejen viajar a los migrantes en sus trenes.

Ahora los migrantes buscan rutas alternas, pero estas no son menos peligrosas al viaje en “La Bestia”.

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