Día de Muertos: papel picado, una colorida tradición

PUEBLA.- Manos artesanas derrochan destreza y agilidad para recrear a la muerte en pliegos de papel picado y dar color, alegría y vida a los tradicionales altares del Día de Muertos, celebración que tiene su culminación el 2 de noviembre en México. 

En el papel picado, fabricado buena parte de él en el central estado mexicano de Puebla, plasman la figura de la muerte, la catrina, la calaca, imagen que los mexicanos usan de manera chusca y burlona para adornar sus altares, ofrendas, tumbas, calles y fiestas. 

Y es que en México, el símbolo de la muerte no se trata de tristeza sino de regocijo. 

La tradición establece que entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre en los hogares mexicanos se preparan las ofrendas y los altares para esperar a las almas de los familiares difuntos para que visiten el mundo a disfrutar de sus alimentos favoritos y visitar lo que fueron sus hogares. 

Y por esta razón, el municipio de Huixcolotla, en el estado de Puebla, se ha convertido en la región más productiva y cuna de la fabricación de figuras, incluida la calaca, en papel de china. 

Elaborada con pequeños orificios a mano, tan solo utilizando cinceles de diversos tipos, que sirven para ir golpeando los diseños, los artesanos le dan forma al diseño seleccionado: una calavera. 

En el taller Los Cartelitos, los artesanos le mostraron este lunes a Efe el proceso de elaboración de este papel que ha recuperado fuerza en su uso y costumbre. 

Los jóvenes han retomado el valor artesanal y la tradición mexicana que representa en la temporada de muertos, navidad, festividades religiosas y en la actualidad en su uso en todo tipo de fiestas sociales. 

Todo comienza con el conteo de 50 pliegos de papel de china los cuales se colocan sobre una base blanca en la que son cubiertos con un plástico que ayuda a fijarlos para evitar su movimiento, encima se coloca el molde con la imagen que será plasmada en los papeles. 

Una vez que está listo, se selecciona el cincel adecuado para iniciar una serie de golpes que van perforando el material; dependiendo del modelo será el número de golpes al pliego, que puede ir de una a miles de repeticiones hasta que se crea una artesanía especial. 

Tras perforar los pliegos, se comienza con el retiro de los sobrantes de papel es decir que los orificios deben quedar totalmente huecos, para que se pueda apreciar la figura final, donde se plasman calavera, catrinas, fantasmas, ofrendas, textos y más. 

Posteriormente, estos pasan al área de terminado, donde se brindan los detalles finales como la colocación de los adornos en rafias (listones) de diferentes medidas que ayudan a adornar techos y calles, así como paredes . 

José Alejandro Reynoso Campos, fundador del taller, dijo en entrevista que lleva más de 40 años trabajando en la elaboración de papel picado. 

Asegura que es un negocio de familia y que le enorgullece dar creación a diversos modelos, en combinaciones diferentes e innovadoras. 

Resaltó que en la actualidad ya no solo es el tradicional "tendedero" de papel el que se elabora, si no se da forma a diferentes figuras. 

Se pueden elaborar catrinas de adorno con el vestido elaborado de papel picado y rostros a color o perforados en cartón, rehiletes, gusanos, entre infinidad de creaciones que se van teniendo a diario. 

"Para realizar un diseño se puede tardar ocho días. Para sacar un solo diseño, debido a que primero la diseñadora tiene que plasmar la imagen en los colores que se va a trabajar, para posteriormente sea evaluado y ya que está autorizado se pasa al calador", dijo. 

Reynoso Campos afirmó que las piezas elaboradas a mano son de mejor calidad y normalmente son las que más llaman la atención de las empresas y consumidores. 

Relató que el mercado en el que abastece de piezas está formado por empresas de cadenas departamentales de varios países. 

Sus principales compradores provienen de estados mexicanos como Jalisco, Baja California, Monterrey, Sonora, pero también exporta a España, Estados Unidos y Guatemala, entre otras naciones.

Contáctanos