KIEV, Ucrania — Las fuerzas armadas rusas ciudades ucranianas con misiles, cohetes y drones suicidas, dejando al menos 25 muertos en una ofensiva, a medida que avanzaba el viernes en sus labores para sumar más territorio ucraniano a Rusia y con la protección de su poderío nuclear, abriendo una nueva y peligrosa fase en la guerra.
Pero incluso mientras se alistaba a celebrar la incorporación de cuatro regiones ucranianas bajo su ocupación, en incumplimiento a las leyes internacionales y ante la posibilidad de sanciones adicionales, el Kremlin se enfrentaba a otra dolorosa derrota en el campo de batalla.
Analistas de Ucrania y Occidente reportaron un cerco inminente de las fuerzas ucranianas en la ciudad de Lyman, que de ser recuperada, podría abrir la puerta para que las fuerzas ucranianas se adentren en una de las regiones que Rusia se está anexando.
Los informes de ataques rusos en cuatro ciudades ucranianas representan la mayor ofensiva rusa en varias semanas. Se producen luego de que los analistas advirtieron que el presidente ruso Vladimir Putin posiblemente recurra a sus arsenales de armas de precisión e intensifique los ataques como parte de su estrategia de escalar la guerra a tal grado que ponga fin al apoyo de Occidente a Ucrania.
En la ciudad ucraniana de Zaporizhia, misiles antiaéreos que Rusia ha usado como armas de ataque terrestre cayeron sobre personas que esperaban dentro de sus vehículos para cruzar hacia territorio ocupado por Rusia para trasladar a sus familiares por las líneas de combate, dijo el subdirector de la oficina de presidencia de Ucrania, Kyrylo Tymoshenko.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. >Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
La fiscalía general dijo que 25 personas murieron y otras 50 resultaron heridas. El gobernador regional de Zaporihia, Oleksandr Starukh, publicó imágenes de vehículos calcinados que eran parte de la caravana humanitaria, y de cuerpos tendidos sobre el camino.
Funcionarios designados por Rusia en Zaporizhia acusaron a las fuerzas ucranianas de llevar a cabo el ataque sobre la caravana humanitaria, pero no presentaron evidencia. Rusia no reconoció de inmediato los demás ataques.
También se reportaron ataques rusos en la ciudad de Dnipro. El gobernador regional, Valentyn Reznichenko, dijo que al menos una persona murió y otras cinco resultaron heridas por misiles Iskander rusos que impactaron una compañía de transportes, destruyendo autobuses y dañando edificios.
En Mykolaiv, un misil ruso impactó un edificio e hirió a ocho personas, dijo el jefe regional Vitaliy Kim.
La fuerza aérea de Ucrania señaló que Mykolaiv y el puerto de Odesa, en el mar Negro, también fueron atacadas por drones suicidas de fabricación iraní, a los que Rusia ha recurrido con mayor frecuencia en las últimas semanas, aparentemente con el fin de evitar perder más pilotos que no controlan los cielos de Ucrania.
La ofensiva se produce en momentos en que Moscú se alista el viernes a anexar cuatro regiones, posiblemente incluyendo territorio que no se encuentra actualmente bajo su control.
El Kremlin se abrió paso mediante referendos, algunos a punta de pistola, que han sido calificados de farsas amañadas por Ucrania y sus aliados de Occidente. Dichas regiones incluyen áreas cercanas a Zaporiyia, pero no la ciudad, que continúa bajo control de Ucrania.
El portavoz del Kremlin Dmitry Peskov dijo el jueves a la prensa que cuatro regiones de Ucrania: Luhansk, Donetsk, Kherson y Zaporizhia, se sumarían a Rusia durante una ceremonia a la que asistirá el presidente Vladimir Putin, quien se espera que pronuncie un importante discurso. Peskov dijo que los administradores prorrusos de las regiones firmarían tratados para sumarse a Rusia en la Sala de San Jorge del Kremlin.
En aparente respuesta, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy convocó una reunión de emergencia para el viernes con sus Consejo de Seguridad Nacional y Defensa.
Zelenskyy también intentó capitalizar un movimiento antiguerra en Rusia al difundir un video especial dirigido a las minorías étnicas en Rusia, en especial en Daguestán, una de las regiones más pobres del país en el Cáucaso Norte.
“No tienen que morir en Ucrania”, dijo mientras vestía una sudadera negra con la leyenda en inglés “Soy Ucraniano” y frente a una placa en Kiev en memoria de lo que describió como un héroe daguestaní. Hizo un llamado a las minorías étnicas a oponerse a la movilización.
Estados Unidos y sus aliados han prometido adoptar sanciones más estrictas a las ya implementadas contra Rusia y ofrecer millones de dólares adicionales en apoyo a Ucrania a medida que el Kremlin duplica lo hecho en 2014, cuando se anexó la península de Crimea de Ucrania.
La mañana del viernes, Putin emitió decretos en los que reconoce la independencia de las regiones de Kherson y Zaporizhia, medidas que había tomado en febrero con Luhansk y Donetsk y anteriormente con Crimea.
Ucrania ha repetido su promesa de recapturar las cuatro regiones y Crimea. Por su parte, Rusia se comprometió a defender todo su territorio, incluyendo las cuatro regiones anexadas, por todos los medios disponibles, incluyendo el uso de armas nucleares.
La lucha por la ciudad de Lyman es de fundamental importancia para ambas naciones.
La ciudad ubicada unas 100 millas al sureste de Kharkiv, la segunda más grande de Ucrania, ha sido un punto clave para las operaciones militares rusas en la disputada región del Donbás. Eso la convierte en un preciado premio para una contraofensiva ucraniana que ha tenido un éxito espectacular desde su inicio a finales de agosto.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, dijo que la caída de la ciudad a manos de las fuerzas ucranianas “es inminente” a menos que Rusia pueda evitarlo con la rápida llegada de refuerzos, lo que parecía “sumamente improbable”.
Retomar Lyman le podría permitir a Kiev adentrarse en la región de Luhansk, bajo control ruso, lo que sería un duro golpe para Moscú luego de su “referendo” en la zona.
Las tensiones se han intensificado debido a la movilización militar parcial de Rusia y las acusaciones de sabotaje de dos gasoductos rusos en el lecho del mar Báltico que distribuyen gas natural a Europa.
Los aliados occidentales de Ucrania han descrito los referendos sobre vivir bajo el gobierno ruso como un despojo descarado de tierras basado en mentiras. Afirman que algunas personas fueron obligadas a punta de pistola a participar en una elección realizada sin observadores independientes en un territorio en el que miles de residentes han huido o fueron deportados en contra de su voluntad.
El secretario general de Naciones Unidas António Guterres dijo el jueves en Nueva York que la anexión rusa violaría la Carta de las Naciones Unidas y “carece de valor legal”. Se refirió a la medida como una “peligrosa escalada” y añadió que “no debe ser aceptada”.