RAFAH, Franja de Gaza - Explosiones y tiroteos sacudieron el mayor hospital de la Franja de Gaza y vecindarios circundantes cuando fuerzas israelíes irrumpieron el martes en sus instalaciones por segundo día.
El ejército dijo que había matado a 50 miembros de Hamas en el hospital, pero no se pudo confirmar independientemente que los muertos fueran combatientes.
La incursión fue un nuevo golpe contra el complejo médico de Shifa, que había reanudado parcialmente sus operaciones tras una destructiva incursión israelí en noviembre.
Miles de pacientes, personal médico y desplazados palestinos quedaron atrapados el martes en el inmenso complejo, mientras ocurrían fuertes enfrentamientos entre los soldados y combatientes de Hamas en los distritos vecinos.
“Es muy difícil ahora mismo. Hay intensos bombardeos en el área de Shifa, y los edificios están siendo atacados. El sonido del fuego de los tanques y la artillería es continuo”, dijo Emy Shaheen, que vive cerca del hospital, en un mensaje de voz en cuyo fondo pueden oírse repetidas explosiones. Señaló que un fuerte incendio había estado ardiendo por horas cerca del hospital.
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El ejército israelí dijo que incursionó en Shifa la mañana del lunes porque combatientes de Hamas se habían agrupado en el hospital y dirigían ataques desde el interior.
Esta afirmación no pudo ser confirmada, y la oficina de medios de Hamás dijo que las personas muertas en el ataque eran civiles. Pero la intensificación de los combates en la Ciudad de Gaza subraya la presencia continua de Hamas en el norte de Gaza, meses después de que la infantería israelí afirmó que había tomado casi todo el control del área.
Israel lanzó su ofensiva en Gaza y prometió destruir a Hamas tras el ataque del 7 de octubre cometido por el grupo en el sur de Israel.
Más de 31,800 palestinos han muerto por los bombardeos y otros ataques israelíes desde entonces. Gran parte del norte de Gaza ha sido arrasado, y una autoridad internacional sobre crisis de hambruna advirtió el lunes que 70% de las personas experimentaban hambre catastrófica y que la hambruna era inminente.
En tanto, el primer ministro israelí Benjamin Netanhahu reiteró su decisión de invadir Rafah, la ciudad más al sur de Gaza y que es una de las pocas urbes de gran tamaño donde Israel no ha realizado un ataque por tierra.
Un día antes, en su primera llamada telefónica en un mes, el presidente estadounidense Joe Biden instó a Netanyahu a no realizar la operación en Rafah, e insistió en “un enfoque alternativo” para atacar de manera más precisa a los combatientes de Hamás en el lugar.
Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, ha expresado su preocupación por el ataque a Rafah porque alrededor de 1.4 millones de personas de toda Gaza se han congregado en el área.
Funcionarios de la ONU han advertido sobre un enorme número de víctimas y el posible colapso de las labores de ayuda humanitaria si entran tropas israelíes a Rafah.
Netanyahu acordó enviar un equipo de funcionarios israelíes a Washington para hablar de Rafah con funcionarios del gobierno de Biden.
Pero el martes, dijo ante una comisión parlamentaria que, aunque escucharía las propuestas estadounidenses “por respeto” a Biden, “estamos decididos a completar la eliminación de esos batallones (de Hamas) en Rafah, y no hay forma de hacerlo sin una incursión por tierra”.