BAGDAD — El primer ministro de Irak, Mustafa al-Kadhimi, sobrevivió y resultó ileso frente a un intento de asesinato con un dron armado que atacó su residencia a primeras horas del domingo, informaron las autoridades.
El ataque aumentó de forma considerable las tensiones desencadenas por el rechazo de las milicias con apoyo iraní al resultado de las elecciones parlamentarias del mes pasado.
Siete guardias de seguridad de al-Kadhimi resultaron heridos en el ataque con dos drones armados, el cual tuvo lugar en la Zona Verde fortificada de Bagdad, señalaron dos funcionarios iraquíes a The Associated Press. Los funcionarios solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones oficiales.
Al-Kadhimi salió ileso. Más tarde apareció en la televisora iraquí, sentado tras un escritorio con una camisa blanca, con actitud tranquila y centrada. Su mano izquierda parecía vendada. Un asesor confirmó que había sufrido un pequeño corte.
“Los ataques con drones y cohetes cobardes no construyen patrias y no construyen un futuro”, dijo. Más tarde el domingo recibió al presidente de Irak, Barham Salih, y dirigió una reunión de seguridad del gobierno.
Los residentes de Bagdad oyeron una explosión e intensos disparos desde la Zona Verde, donde hay oficinas del gobierno y embajadas extranjeras. Imágenes publicadas por las autoridades mostraban los daños en la residencia de Al-Kadhimi, incluidas ventanas reventadas y puertas arrancadas de sus goznes.
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Nadie reivindicó el ataque, aunque las sospechas cayeron de inmediato sobre milicias con apoyo iraní, que han atacado públicamente al mandatario y hecho amenazas.
Mundo
TENSIONES TRAS RESULTADOS ELECTORALES
El atentado representa un incidente grave en medio de las tensiones que estallaron a raíz de la negativa de las milicias respaldadas por Irán de aceptar los resultados de las elecciones parlamentarias del mes pasado.
Las protestas tuvieron un vuelco mortal el viernes cuando los inconformes marcharon hacia la Zona Verde. Hubo un intercambio de fuego en el que un manifestante perdió la vida.
Docenas de elementos de las fuerzas de seguridad resultaron heridos. Al-Khadimi ordenó una investigación para determinar que causó los enfrentamientos y quién violó la orden de no abrir fuego.
Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras partes han elogiado las elecciones del 10 de octubre, efectuadas en su mayor parte sin actos de violencia y sin problemas técnicos importantes.
Tras los comicios, simpatizantes de los grupos paramilitares instalaron tiendas cerca de la Zona Verde, rechazaron los resultados electorales y amenazaron con escenificar hechos de violencia si no era atendida su demanda de un recuento de votos.
Las aseveraciones infundadas de fraude electoral empañaron la votación. La crisis con los simpatizantes de los grupos paramilitares también incrementó las tensiones entre las facciones chiíes rivales que pudieran reflejarse en las calles y poner en peligro la nueva estabilidad relativa en Irak.
Las elecciones tuvieron lugar meses antes de lo previsto debido a las protestas multitudinarias de finales de 2019, en las que decenas de miles de personas en Bagdad y en las provincias del sur, predominantemente chiíes, se manifestaron contra la corrupción endémica, los deficientes servicios y el desempleo.
También protestaron contra la fuerte intromisión del vecino Irán en los asuntos internos de Irak mediante grupos paramilitares que tienen el apoyo de Teherán.