DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza — Israel anunció el martes que sus tropas habían entrado en la segunda ciudad más grande de Gaza, y los intensos intensos bombardeos israelíes hicieron que ambulancias y autos particulares corrieran hacia los hospitales con heridos y muertos palestinos, incluidos niños, en una nueva y sangrienta fase de la guerra.
El ejército israelí dijo que sus fuerzas se encontraban “en el corazón” de Jan Yunis, que se ha convertido en el primer blanco de la ofensiva terrestre de Israel contra el sur de Gaza, cuyo objetivo según dice es la destrucción de Hamas.
Funcionarios castrenses manifestaron que estaban librando el “día más intenso” de combates desde que comenzó la ofensiva terrestre hace más de cinco semanas, y que también había intensos enfrentamientos en el norte de Gaza.
En tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que el ejército tendría que mantener un control de seguridad indefinido sobre la Franja de Gaza mucho después de que termine la guerra.
Según Netanyahu, Gaza debería ser desmilitarizada y el único organismo capaz de garantizarlo sería el ejército israelí.
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“Ninguna fuerza internacional puede ser responsable de eso”, dijo en una rueda de prensa. “No estoy dispuesto a cerrar los ojos y aceptar cualquier otro tipo de acuerdo”.
El ataque en el sur está desatando una nueva ola de desplazados palestinos casi dos meses después del inicio de la guerra, y los grupos de socorro han advertido que no pueden seguir operando porque los suministros son insuficientes y los combates impiden su distribución.
La ONU dijo que 1.87 millones de personas —más del 80% de la población de Gaza— han sido expulsadas de sus hogares. Las nuevas órdenes de desalojo emitidas por el ejército están apiñando a la población en zonas cada vez más reducidas del sur de la pequeña franja costera.
Los bombardeos se han intensificado en todo el territorio, incluidas las áreas a donde se les dice a los palestinos que se desplacen. En la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de Gaza, a poca distancia al norte de Jan Yunis, el bombardeo israelí destruyó el martes una casa en donde decenas de personas desplazadas se habían refugiado.
Al menos 34 personas murieron, entre ellas por lo menos seis niños, según un periodista de The Associated Press que se encontraba en el hospital y contó los cadáveres.
Las imágenes del lugar mostraban a mujeres gritando desde un piso superior de una casa destrozada. Algunos hombres sacaban el cuerpo inerte de un niño de debajo de una losa junto a un coche en llamas. En el hospital cercano, los médicos intentaban reanimar a un niño y una niña ensangrentados e inmóviles en una camilla.
Presionado por Estados Unidos para que se eviten más víctimas en masa, Israel dice que está siendo más preciso en su ofensiva y que está tomando medidas adicionales para instar a los civiles a desalojar las zonas por donde avanza. Semanas de bombardeos y una ofensiva terrestre destruyeron buena parte del norte de Gaza.