Para evitar el colapso del sistema de salud, los CDC son enfáticos sobre quiénes deben tomar la prueba de detección de coronavirus.
Los principales síntomas de COVID-19 son fiebre, tos seca y dificultad para respirar. El cuadro es muy similar al de la influenza y al del resfriado común, por lo que es necesario que un médico determine si es necesario realizar pruebas para detectar el virus.
Si bien los CDC recomendaron hacer pruebas solo a las personas con síntomas y que hayan estado expuestas al virus de forma directa, para sorpresa de los funcionarios de salud, muchos de los primeros pacientes en los Estados Unidos que dieron positivo para el virus no tuvieron una exposición directa al COVID-19.
Este hecho sugirió que el virus puede transmitirse de forma local, lo que significa que se estaba propagando de persona a persona con facilidad y / o que las personas pueden transmitir el virus sin experimentar síntomas graves.
Ante la situación, los CDC cambiaron sus recomendaciones el pasado 4 de marzo para permitir que cualquier persona con síntomas similares a COVID-19 sea examinada siempre que un médico apruebe la solicitud.
Dado que el número de pruebas disponibles es limitado, los CDC alientan a los médicos a minimizar las pruebas innecesarias y considerar los riesgos de exposición de un paciente antes de ordenar las pruebas.
Aunque no existe una vacuna o tratamiento específico, eso no significa que las pruebas no tengan sentido. Los CDC señalan que las pruebas ayudan a detectar a los pacientes infectados para que puedan ser puestos en cuarentena y así disminuir la propagación del virus.
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Otro beneficio de las pruebas es que permite a los trabajadores de salud pública crear una imagen más precisa de la cantidad de casos y cómo se está propagando el virus en la población.
¿CUÁL ES EL PROCEDIMIENTO?
El proceso de hacerse la prueba del virus es fácil y puede realizarse prácticamente en cualquier lugar. Por lo general, el personal médico tomará un hisopo de la cavidad nasal del paciente para recolectar células de la parte posterior de la nariz.
Luego, la muestra se enviará a un laboratorio, donde se analizará para determinar si las células del paciente están infectadas con el virus. Es muy similar a la prueba de la influenza.
¿CÓMO FUNCIONA LA PRUEBA?
Aunque recolectar una muestra es fácil, determinar si una persona está infectada con el coronavirus es mucho más complicado. El método actual busca el material genético (ARN) del virus en las células de un paciente.
Para detectar la presencia de ARN en la muestra, los laboratorios realizan una prueba llamada reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa. Este método primero convierte cualquier ARN viral en ADN.
Luego, el ADN se replica millones de veces hasta que haya suficientes copias para detectar el virus. Si se encuentra material genético del virus en la muestra, entonces se determina que el paciente está infectado con el virus.
Se necesitan entre 24 y 72 horas para obtener los resultados de una prueba. Los CDC estiman que este tipo de prueba genética es muy precisa, incluso más que las pruebas rápidas de influenza.
¿EXISTEN SUFICIENTES PRUEBAS EN EL PAÍS?
En febrero, los CDC eran el único lugar aprobado por la FDA para desarrollar, producir y procesar pruebas. Sin embargo, a medida que aumentó el número de casos, la demanda de pruebas se disparó de forma drástica.
La prueba para el coronavirus requiere un kit, equipo especializado y personal capacitado. El desarrollo defectuoso y lento de los kits de prueba y el requisito inicial de que todas las pruebas se procesen en los CDC contribuyeron a la escasez de pruebas.
A medida que aumentó la presión sobre el gobierno federal para que las pruebas estuvieran disponibles en otros puntos sanitarios, la FDA anunció una nueva política el 29 de febrero que aprobó que los laboratorios comerciales y académicos desarrollasen sus propias pruebas y permitió que otros laboratorios certificados analicen muestras de pacientes.
Integrated DNA Technologies, un contratista de CDC, envió 700,000 pruebas a laboratorios comerciales, académicos y de atención médica el 6 de marzo.
Los dos grandes fabricantes Quest Diagnostics y LabCorp fabricaron sus propios kits disponibles desde el 9 de marzo.
Muchas compañías, hospitales y otras instituciones compiten para desarrollar más pruebas para diagnosticar el COVID-19.
Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos, anunció la semana pasada que 2,1 millones de kits están disponibles y más de 1 millón se han enviado a laboratorios certificados para que realicen las pruebas. Está previsto que millones más se distribuyan esta semana.
¿QUIÉN SÍ DEBE TOMAR LA PRUEBA DE DETENCIÓN?
Los CDC creen que es importante priorizar las pruebas de las personas que más lo necesitan: aquellos con alto riesgo, como los trabajadores de la salud que han estado en contacto con pacientes con COVID-19; personas con síntomas que residen en áreas con altas tasas de infección; y personas de 65 años y mayores con problemas de salud crónicos, como enfermedades cardíacas, pulmonares o diabetes.
A medida que haya más pruebas disponibles, será posible evaluar a más personas.
Los CDC advierten que es necesario desarrollar pruebas que no requieran equipo y personal especial para abarcar a más pacientes en menos tiempo.