No pueden trabajar desde casa. Laboran jornadas extenuantes a pocos pies de una línea interminable de consumidores ansiosos y desesperados por abastecerse de víveres.
Y a diferencia de otros lugares de trabajo que se ralentizan y sufren el embate económico causado por la crisis de salud, en los los supermercado y bodegas la actividad es cada vez más acelerada y demandante.
Los trabajadores de las tiendas de comestibles de Estados Unidos están en la primera línea de la pandemia y ayudan a proveer alimentos a los 330 millones de residentes de la nación en un momento incierto y aterrador.
La industria minorista de alimentos es uno de los pilares de la economía de la Ciudad de Nueva York, que emplea a más de 60,000 trabajadores, muchos de ellos inmigrantes indocumentados.
Los trabajadores de supermercados, que en general perciben el salario mínimo de $15 la hora, se encuentran en la primera línea de la pandemia.
Mientras la mayoría de las empresas en el estado han cerrado, estos trabajadores continúan brindando servicios esenciales para mantener a la sociedad funcionando mientras Nueva York intenta combatir el flagelo del coronavirus, a menudo bajo su propio riesgo. Si bien un porcentaje de estos trabajadores están protegido por el Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU), la gran mayoría carece de representación.
Según la página web, el sindicato Local 338 RWDSU / UFCW representa a más de 13,000 trabajadores de supermercados, tiendas de abarrotes, tiendas especializadas de alimentos y farmacias minoristas en todo el estado de Nueva York, Long Island, Hudson Valley y el norte del estado de Nueva York.
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Asimismo, el Local 464A of the United Food & Commercial Workers, representa a 16,000 trabajadores de la industria tanto en Nueva York como en Nueva Jersey.
Los expertos de la industria estiman que el aumento de las muertes y de los trabajadores que contraen el virus podrían tener un efecto dominó en la capacidad de los supermercados de retener al personal actual y contratar a nuevos trabajadores en un momento en que la industria busca añadir a sus filas con rapidez a miles de empleados temporales.
Walmart, la tienda de comestibles más grande del país, busca contratar a 150,000 trabajadores, mientras que Kroger añadió más de 10,000 a su planilla.
Algunas empresas ofrecen $ 2 adicionales por hora, así como mascarillas, guantes y desinfectante para manos. Pero encontrar trabajadores dispuestos a exponerse en la primera línea por poco más que el salario mínimo podría no ser una oferta de trabajo poco atractiva para muchos.
Y mientras las grandes corporaciones intentan proteger a sus empleados, los pequeños negocios locales hacen lo mismo en función de sus limitaciones.
En Queens, por ejemplo, algunos supermercados requieren a sus clientes respetar el distanciamiento social de 6 pies al hacer la fila para pagar los productos. En otros, es preciso esperar a que otros terminen sus compras para poder ingresar al establecimiento, de esta forma, se reduce el número de personas dentro del lugar.
Algunos trabajadores usan mascarillas y guantes de látex, otros incluso portan una careta plástica para mayor protección. Sin embargo, el riesgo a la exposición persiste en una marea de clientes ávidos por llevar a casa lo indispensable.
Sin duda, los más de 8 millones de residentes de la Gran Manzana también dependen de estos y otros héroes en la primera línea de la pandemia.