ST. LOUIS (Missouri) -- La tercera ejecución en Estados Unidos en lo que va del año ofrece una nueva prueba ante los tribunales de que la inyección letal conlleva muchos riesgos y es un castigo cruel e inusual, dijeron el jueves oponentes de la pena de muerte y abogados de reos que esperan ser ejecutados.
Quienes se oponen a la pena capital afirman que el caso de un preso en Arizona que jadeó 90 minutos antes de morir mostró que las ejecuciones en las que se usan sustancias químicas y dosis distintas son un proceso cruel en que se prueban los protocolos con los reos. El resultado, cada cierto número de meses, un prisionero, jadea, se asfixia y tarda en morir un tiempo inusualmente largo.
"Estas ejecuciones son experimentos con seres humanos", dijo Cheryl Pilate, abogada de varios presos sentenciados a muerte en Missouri. "Son casi ilimitadas las posibilidades de que las cosas salgan mal", agregó.
La mayoría de las impugnaciones contra la inyección letal fracasan en los tribunales. El mayor obstáculo en fecha reciente que han enfrentado los estados que aplican la pena de muerte ha sido el suministro de las sustancias químicas debido a que los principales fabricantes dejaron de vendérselas. Debido a esta situación, los estados han tenido que buscar fármacos alternativos.
Las sustancias se compran principalmente a farmacias especializadas que no están estrictamente normadas. Arizona, Texas, Florida y Missouri se oponen a facilitar el nombre de sus abastecedores así como detalles sobre las pruebas con las sustancias y la capacitación que se da a los ejecutores.
Es probable que la Corte Suprema enfrente un aumento de impugnaciones para que se estudie la manera en que se realizan las ejecuciones en Estados Unidos, dijo Deborah Denno, experta en pena de muerte en la Facultad de Derecho de la Universidad Fordham.
"Cada vez que esto sucede (una ejecución deficiente) se vuelve más difícil para las autoridades estatales justificar la utilización de un fármaco como el midazolam, que es sistemáticamente problemático, y para justificar el secreto", declaró Denno.
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Algunos oponentes a la pena de muerte critican el midazolam, un sedante que se prescribe ordinariamente a las personas que sufren convulsiones. La sustancia se usó para una ejecución por primera vez en octubre en Florida.
Este año salieron mal tres de las 10 ejecuciones en las que se usó ese fármaco. La más reciente ocurrió el miércoles en Arizona, donde el preso Joseph Rudolph Wood tardó dos horas en morir.
Wood fue sentenciado a muerte por los homicidios de su ex novia y el padre de ella.
En la mayoría de las ejecuciones con inyección letal, el prisionero tarda en morir una fracción de ese tiempo, a menudo entre 10 y 15 minutos.
La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, ordenó que se revise el protocolo de ejecuciones del estado. El abogado de Wood exigió una investigación independiente.